La escuela y la familia son los principales responsables de la educación de los niños y ambos han cambiado mucho durante los últimos años.
Más allá de la familia tradicional, a día de hoy el mapa familiar es muy diverso, salpicado de hogares monoparentales y de otros tipos, que van desde núcleos multiculturales y adopciones, a reagrupaciones familiares.
Vivir una escuela inclusiva en la actualidad, también significa visibilizar la diversidad familiar y dotar a los niños de referencias, para que sientan que la suya es una más.
Pero, ¿qué podemos hacer?
El profesor Juan Andrés Teno, en el espacio Familias de Colores nos enumera algunos puntos clave si queremos comenzar a trabajar la diversidad en el aula:
- Mostrar en los carteles o dibujos de las paredes representaciones de los distintos modelos familiares.
- Apostar por la celebración del Día Internacional de la Familia, establecido por Naciones Unidas el 15 de mayo
- Usar materiales escolares que faciliten el abordaje de la diversidad familiar desde un clima de normalidad y respeto.
- Introducir en la rutina de la enseñanza ejemplos de familias diversas.
- Utilizar un lenguaje inclusivo familiar en los formularios del centro y en las comunicaciones con las familias.
- Proponer literatura infantil y juegos sobre diversidad familiar.
Y es que los niños necesitan verse reflejados en cuentos, libros de texto, juegos: en definitiva, escuchar modelos de referencia que les hagan sentir uno más. La socióloga Cristina López hace una recopilación de algunos cuentos que estamos seguros os servirán ¡Tomad nota!:
- “El gran libro de las familias”, de Mary Hoffman y Ros Asquith. Editorial Intemon Oxfam. Para niños de entre 6 y 10 años para enseñar que las familias pueden tener distintas formas y tamaños. Este libro da un repaso a todas ellas echando un vistazo a sus casas, a las vacaciones, a la escuela a los animales domésticos, a los sentimientos y a los árboles genealógicos… y a muchas cosas más.